Sé que prometà escribir más de mi viaje a Mérida pero no he terminado todo aquello y lo que les vengo a contar también tiene cosas que quiero mostrar en video, pero me pican las manos de escribir sobre esto, la Semana 37.
Ya llevaba tiempo yendo, entraba los viernes y salÃa los viernes una semana entera en la playa, los amigos que hacÃa era esporádicos, niños que conocÃa nadando en la piscina y luego no los volvÃa a tropezar, pero en el año 2003 ya estaba más grandecita, tenÃa 11 años, cuando conocà a Pedro, mientras nadaba en la piscina, él era un chico de Valencia y como se quedaba en el mismo edifico tropezamos otra vez, recuerdo que era domingo 14 y la piscina que me gustaba estaba cerrada, y tomaba el sol con mi vestido de cuadros favorito, el me invito a nadar en otra piscina donde habÃa unos chicos que él habÃa conocido y hacÃan competencias de nado.
Yo la verdad estaba un poco fastidiada de estar sola asà que tome mis cosas y le seguÃ, en la piscina estaban un grupo de niños todos varones de entre 13 y 7 años, jugando a pararse de mano y aguantar la respiración, no recuerdo cuanto tiempo estuve allÃ, lo que si es que me sentÃa a gusto, después de salirnos quedamos en reunirnos en la noche en la plaza para jugar, desde ese dÃa mi vida darÃa un vuelco, me aceptaban tal y como era, no importaba de donde venÃa ni que mis gustos fueran diferentes, me sentà libre. Una guerra de pepitas me convirtió en la enfermerita esa noche, me dio la oportunidad de sentir amor por primera vez, y me subió a un escenario a cantar la canción que luego serÃa mÃa, la playa de la Oreja de Van Gogh
Ya llevaba tiempo yendo, entraba los viernes y salÃa los viernes una semana entera en la playa, los amigos que hacÃa era esporádicos, niños que conocÃa nadando en la piscina y luego no los volvÃa a tropezar, pero en el año 2003 ya estaba más grandecita, tenÃa 11 años, cuando conocà a Pedro, mientras nadaba en la piscina, él era un chico de Valencia y como se quedaba en el mismo edifico tropezamos otra vez, recuerdo que era domingo 14 y la piscina que me gustaba estaba cerrada, y tomaba el sol con mi vestido de cuadros favorito, el me invito a nadar en otra piscina donde habÃa unos chicos que él habÃa conocido y hacÃan competencias de nado.
Yo la verdad estaba un poco fastidiada de estar sola asà que tome mis cosas y le seguÃ, en la piscina estaban un grupo de niños todos varones de entre 13 y 7 años, jugando a pararse de mano y aguantar la respiración, no recuerdo cuanto tiempo estuve allÃ, lo que si es que me sentÃa a gusto, después de salirnos quedamos en reunirnos en la noche en la plaza para jugar, desde ese dÃa mi vida darÃa un vuelco, me aceptaban tal y como era, no importaba de donde venÃa ni que mis gustos fueran diferentes, me sentà libre. Una guerra de pepitas me convirtió en la enfermerita esa noche, me dio la oportunidad de sentir amor por primera vez, y me subió a un escenario a cantar la canción que luego serÃa mÃa, la playa de la Oreja de Van Gogh
Ese año se volvió inolvidable, mire a alguien a los ojos y le dije que me gustaba, llore por amor, y fui libre.
Llego el tan fatÃdico viernes dÃa de retorna a casa recuerdo colocarme mi pañoleta y llorar todo el camino rogándole a Dios que me permitiera volverlos a encontrar el año siguiente.
Pasaban los meses y los contaba, llego 2004, y si allà estaban en la piscina, comprendà que los verÃa por mucho, mucho tiempo más.
He conocido muchas otras personas, a las cuales he visto solo 2 veces más, porque les cree un pequeño lio, he cometido errores, y si me he arrepentido de ellos, si harÃa cosas distintas, pero a lo hecho, hecho esta.
Han pasado 11 años, hemos crecido cada quien ha tomado sus caminos y ha tomado una actitud, yo no soy quien para juzgar, y si, asà como me llenaron de vida también me lastimaron
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He conocido muchas otras personas, a las cuales he visto solo 2 veces más, porque les cree un pequeño lio, he cometido errores, y si me he arrepentido de ellos, si harÃa cosas distintas, pero a lo hecho, hecho esta.
Han pasado 11 años, hemos crecido cada quien ha tomado sus caminos y ha tomado una actitud, yo no soy quien para juzgar, y si, asà como me llenaron de vida también me lastimaron
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Y este año me di cuenta que ya crecimos, y que aquella inocencia de niños la perdimos, y que ya no pertenecemos al mismo cÃrculo, que ya no les agrado como antes, y que aunque tal vez para ellos no sea nada más que un paso, pero no todos ven lo mismo, y que yo también he conocido gente allÃ, a quienes toque su vida y no los tome en cuenta asà han tocado la mÃa sin darse cuenta.